Para el filósofo andino Javier Lajo, el sumak kawsay puede ser entendido como el "pensar bien, sentir bien, para hacer bien, con el objetivo de conseguir la armonía con la comunidad, la familia, la naturaleza y el cosmos
El “sumak kawsay” ancestral considera a las personas como un elemento de Pachamama o “Madre Tierra” (madre mundo). Así, a diferencia de otros paradigmas , el buen vivir moderno, inspirado en la tradición indígena, busca el equilibrio con la naturaleza en la satisfacción de las necesidades (“tomar solo lo necesario” con vocación para perdurar), sobre el mero crecimiento económico.
El sumak kawsay es un paradigma que se establece en cinco principios: Sin conocimiento o sabiduría no hay vida (Tucu Yachay), Todos venimos de la madre tierra (Pacha Mama), la vida es sana (hambi kawsay), La vida es colectiva (sumak kamaña) y todos tenemos un ideal o sueño (Hatun Muskuy)
El sumak kawsay (Buen Vivir) para la concepción andina, es el equilibrio entre sentir bien (‘Allin Munay’) y pensar bien (‘Allin Yachay’) lo que da como resultado el hacer bien (‘Allin Ruay’) para lograr la armonía, señala el filósofo Javier Lajo
Este principio de vida basado en la cosmovisión indígena andina y en los saberes ancestrales en general se basa en:
- la relacionalidad que se refiere a la interconexión entre todos los elementos de un todo;
- la reciprocidad que tiene que ver con la relación recíproca entre los mundos de arriba, abajo, ahora, entre seres humanos y naturaleza, una especie de coparticipación;
- la correspondencia que se refiere a que los elementos de la realidad se corresponden de una manera armoniosa, a manera de proporcionalidad
- la complementariedad que se basa en que los opuestos pueden ser complementarios, ya que nada está por demás.
El sumak kawsay, el Buen Vivir o la espléndida existencia choca con la idea de progreso ilimitado. La Pachamama o la madre naturaleza tiene un límite, que impide un desarrollo ilimitado, un crecimiento a costa del “otro”- la naturaleza que incluye a los seres humanos-, para asumir esta relación en armonía se requiere re-entender y aplicar la complementariedad y la cooperación –no la acumulación-
En la nueva economía y la reconceptualización de la idea del trabajo, se incluye la dimensión de los cuidados, un eje central de la existencia humana. En el buen vivir, hombres y mujeres reivindican cuidados para la naturaleza, pero también deben hacerse conscientes de su necesidad de ser cuidados/as, señala Magdalena León, que desde una perspectiva feminista, introduce el concepto de “economía del cuidado humano”.
El sumak kawsay contempla la relación de armonía con la sociedad, entendida ésta como el espacio más amplio, “globalizado” y ámbito del sistema y cultura dominante, en la intención de recrear y ejercer la interculturalidad, y la plurinacionalidad, preceptos fundamentales de esta propuesta de vida.
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